El pasado 31 de diciembre de 2019, la oficina de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en China recibió una notificación por las autoridades sanitarias de aquel país de hasta 27 posibles casos de neumonía de etiología desconocida, incluyendo 7 casos graves, con una exposición común a un mercado mayorista de marisco, pescado y animales vivos en la ciudad de Wuhan. Al cabo de unos días, se identificó el nuevo coronavirus 2019-nCoV como agente causal.
Se trata de un betacoronavirus capaz de infectar tanto vías respiratorias superiores como el tracto respiratorio inferior y que origina una sintomatología en general más leve que otros coronavirus que anteriormente han generado brotes epidémicos, como SARS-CoV y MERS-CoV, causantes del Síndrome Respiratorio Agudo y Severo y el Síndrome Respiratorio de Oriente Medio, respectivamente. Se pueden transmitir por el contacto directo con las secreciones respiratorias de un animal –mayoritariamente mamíferos– o persona infectada (gotas respiratorias de más de 5 micras) o con las mucosas de otra persona infectada (nariz, boca, ojos); parece poco probable la transmisión por el aire a distancias mayores de 1-2 metros.
Las manifestaciones clínicas más comunes de la infección por el 2019-nCoV incluyen los propios de un resfriado común. Tras un periodo de incubación de 1-2 a 12 días, puede aparecer fiebre, tos, disnea y otras alteraciones de la respiración; también se han notificado síntomas gastrointestinales, incluyendo diarrea. En los casos más graves (sobre todo en grupos de riesgo como pacientes ancianos, inmunodeprimidos o con otras enfermedades), la infección puede causar bronquitis y/o neumonía, fallo renal e incluso la muerte. No existe aún un tratamiento específico, si bien muchos de los síntomas pueden ser manejados clínicamente con facilidad, por lo que el tratamiento debe individualizarse en base al estado del paciente y debe asegurar el soporte vital en caso de complicaciones.
Las autoridades sanitarias internacionales han advertido que la expansión del virus está siendo rápida y ha tardado solo un mes en convertirse en epidemia; el número de casos confirmados tanto dentro como fuera de China (se han confirmado casos “importados” en al menos 11 países de 4 continentes) se incrementa exponencialmente cada día. Sin embargo, la OMS no considera, por ahora, que constituya una Emergencia de Salud Pública de importancia internacional. Puesto que la trayectoria del brote es imposible de predecir a día de hoy, este organismo está realizando un estricto control de la situación epidemiológica y publica diariamente informes de situación, que están disponibles en el siguiente enlace:
https://www.who.int/emergencies/diseases/novel-coronavirus-2019/situation-reports/
Las autoridades sanitarias nacionales, coordinadas por el Ministerio de Sanidad, mantienen reuniones diarias y contactos permanentes con los organismos internacionales para evaluar los riesgos de la situación y coordinar las medidas de respuesta.
Para una información completa y actualizada del brote epidémico con origen en la ciudad china de Wuhan, se recomienda consultar el espacio específico en la web del Ministerio de Sanidad:
https://www.mscbs.gob.es/profesionales/saludPublica/ccayes/alertasActual/nCov-China/home.htm
Desde el Consejo General de Colegios de Farmacéuticos de España manifestamos nuestra confianza en el trabajo de nuestras autoridades sanitarias nacionales e internacionales.
Enlaces de interés:
- Documento de Preguntas y Respuestas del Ministerio de Sanidad
- Procedimiento de actuación frente a casos de infección por el nuevo coronavirus 2019-nCoV
- Recomendaciones para viajeros que se dirijan a la ciudad de Wuhan (Hubei, China)