La Fundación SEFAC y la Fundación Mylan para la Salud reconocen el trabajo de un grupo de profesionales de farmacia que ayudan a personas mayores que viven en los caseríos de Anaga ofreciendo seguimiento y apoyo farmacéutico para asegurar un uso correcto de los medicamentos prescritos
- La Fundación de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC) y la Fundación Mylan para la Salud han reconocido la labor del Proyecto Anaga de atención apersonas mayores en zonas rurales aisladas, creado por el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Santa Cruz de Tenerife, en colaboración con el Instituto Insular de Atención Social y Sociosanitaria (IASS), dentro del IX Congreso Nacional de Farmacéuticos Comunitarios.
El objetivo de este proyecto ha sido atender a la población mayor de 65 años de la zona rural y aislada de Anaga, para lo que se ha implementado en las farmacias habituales de los pacientes un programa de optimización en el uso de medicamentos. Tras 6 meses de uso de los sistemas personalizados de dosificación (SPD) se consiguió que la adherencia al tratamiento pasase del 46% inicial a un 100 %. En este momento son 28 pacientes mayores de 65 años y residentes en diferentes caseríos de Anaga los que se benefician del proyecto, que da acceso a los medicamentos a las personas que no pueden acudir a la farmacia, bien por su condición física o por el aislamiento de la zona en la que residen.
El proyecto Anaga se presentó bajo el título Optimización en el uso de medicamentos en personas mayores con dificultad de acceso a la oficina de farmacia en zonas rurales aisladas de la isla de Tenerife y resultó premiado en la categoría de Experiencias, al mostrar la importancia del trabajo asistencial de los profesionales farmacéutico. En él han participado como autores de la investigación: Francisco Miranda Saavedra, Hugo de Armas Plasencia, Virginia Isabel Dorta, Manuel Ángel Galván, Victoria Revilla Calvo, Mónica Jarabo Borges y Ana María Díaz.
Origen del proyecto Anaga
El proyecto Anaga surgió de la firma de un convenio entre el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Santa Cruz de Tenerife y el Instituto de Atención Social y Sociosanitaria (IASS) del Cabildo de Tenerife. El IASS costea los sistemas personalizados de dosificación (SPD), mientras que el órgano colegiado ha venido coordinando el desarrollo del programa y garantizando el transporte directo hasta la vivienda de cada persona. También se planificaron charlas divulgativas de salud en las diferentes subzonas de Anaga, que serán retomadas una vez se superen las actuales restricciones derivadas de la pandemia. Además, se está trabajando en ampliar el proyecto a otros territorios insulares como Arico.
Para poder acceder al programa se debe tener más de 65 años, residir en lugares aislados, sufrir alguna dependencia física, psíquica o social, o requerir más de cinco fármacos diferentes al día. Las personas mayores del proyecto Anaga necesitan una media de 11 medicamentos cada jornada. La mayoría son antihipertensivos, antidepresivos, antiinflamatorios, para mejorar la circulación o para controlar la diabetes. Además, algunos de esos productos, como el anticoagulante Sintrom, conllevan cierta complejidad para su administración. El SPD ayuda a las personas mayores a recordar cuándo deben hacer la toma los tratamientos, lo que reduce la posibilidad de que cometan errores o se despisten en algunas comidas.
Desarrollo
La experiencia se basa en la entrega en el domicilio del paciente, de los sistemas personalizados de dosificación (SPD) de medicamentos, 627 de momento, que facilitan la toma de fármacos unos 11 por paciente, en la dosis adecuada, en el desayuno, el almuerzo o la cena. Además, el personal farmacéutico les revisa sus botiquines, para saber si ya acumulan productos que no necesitan o que están caducados, y se controla que toman los fármacos de forma correcta y en las horas adecuadas. La detección de si han hecho bien las tomas se produce cuando se recogen los sistemas de dispensación personalizados ya utilizados; un proceso que tiene lugar en la entrega del siguiente.
El contacto directo del farmacéutico con el paciente permite resolver las dudas y diferentes asuntos relacionados con su tratamiento y su estado de salud y ayudar con sensibilidad y eficacia. Las visitas suelen realizarse cada dos semanas y hay un seguimiento telefónico semanal, aunque durante el confinamiento el seguimiento telefónico fue diario pues solo se acudía a los domicilios una vez al mes. Además existe una coordinación e intercambio de datos pleno entre los farmacéuticos del proyecto y los médicos y enfermeras de Atención Primaria de los beneficiarios.