- Durante este año de pandemia han demostrado su compromiso social y asistencia con la sociedad.
- La Comisión de Sanidad del Parlamento de Canarias ha considerado a la red de farmacias de Canarias como un recurso que se puede, o debe, incorporar, de forma urgente, al desarrollo de una estrategia de salud pública ambiciosa y coordinada para combatir, de forma eficaz, la pandemia por COVID-19.
Santa Cruz de Tenerife, 14 de marzo de 2020.- Los más de 1.800 colegiados farmacéuticos de la provincia de Santa Cruz de Tenerife han trabajado desde el primer momento de la declaración del Estado de Alarma, el 14 de marzo de 2020, como agentes sanitarios activos de primer orden. Creando una serie de iniciativas y acciones, que se han mantenido en el tiempo, para satisfacer las demandas de los paciente y a la población en general.
En colaboración directa con las autoridades sanitarias y administrativas, el Colegio Oficial de Farmacéuticos de la provincia de Santa Cruz de Tenerife aumentó la capacidad asistencial de la atención primaria con la dispensación de la receta electrónica solo con la tarjeta sanitaria del paciente sin necesidad de que este acudiera al Centro de Salud. Así como la renovación automática de los planes de tratamiento en la receta electrónica a pacientes crónicos y se procuró la extensión de visados y mutualistas en la Receta Electrónica Canaria.
Durante el período del Estado de Alarma se procuró la dispensación de medicamentos a pacientes extranjeros confinados en Tenerife, a petición de sus consulados. Además, se activó el servicio de atención farmacéutica domiciliaria, con el que 3.500 pacientes vulnerables recibieron atención farmacéutica domiciliaria, de ellas, 12 solicitudes fueron gestionadas con trabajadores sociales.
Durante los primeros días de recomendación del uso de la mascarilla y ante su ausencia total en el mercado, se garantizó el acceso a casi 1.800.000 mascarillas en Canarias, lo que equivale (según pautas de cobertura) a aproximadamente 6 millones de días de uso de mascarillas, además de imponer un sistema autorregulación del precio anterior al nacional.
Este período de tiempo ha servido para demostrar la condición social y asistencial de los farmacéuticos que, a través de diferentes convenios han facilitado el acceso a su medicación a las personas más vulnerables sin salir de sus hogares, como el “Proyecto Anaga”, el convenio “Cáritas”, la Asociación Diabetes de Tenerife (ADT) y también han donado material sanitario como mascarillas y geles hidroalcohólicos a asociaciones de pacientes como AECC, ERTE, AMATE, ATEM y Pequeño Valiente.
Durante el período de aislamiento nació “Mascarilla19”, un protocolo conjunto con el Instituto Canario de Igualdad, que consiste en poner a disposición de las mujeres la posibilidad de dar la alarma en su farmacia de confianza o más próxima, en caso de violencia de género. Solicitando una “Mascarilla 19” el personal farmacéutico, realiza una llamada al 112 por violencia de género para alertar de la situación. El protocolo, creado en Canarias, se ha implantado en más de 16.000 farmacias españolas y en otros países como Italia, Francia, Alemania, Noruega, Reino Unido, Argentina, Colombia, Chile, México, Uganda, Cabo Verde y Australia.
Los profesionales farmacéuticos han asegurado la atención farmacéutica, la ayuda asistencial y la accesibilidad a los medicamentos, en situaciones realmente complejas, además de ofrecer educación sanitaria e información veraz sobre el COVID-19.
Desde el Colegio se sigue trabajando para adoptar medidas concretas que aprovechen los recursos que representa la red de casi 400 oficinas de farmacia en la provincia con sus más de 2.000 profesionales sanitarios, tal y como refleja la PNL presentada en el Parlamento de Canarias por la Comisión de Sanidad, el 24 de noviembre de 2020, que considera a la red de farmacias de Canarias como un recurso que se puede, o debe, incorporar, de forma urgente, al desarrollo de una estrategia de salud pública ambiciosa y coordinada para combatir, de forma eficaz, la pandemia por COVID-19, donde la red de farmacias sea un agente sanitario activo de primer orden, en colaboración y coordinación con las autoridades sanitarias competentes, con otras profesiones sanitarias y con las organizaciones de pacientes, como ya se está haciendo en otros países de nuestro entorno.